viernes, 15 de febrero de 2008

AMIG@

No encontraba inspiración alguna en la naturaleza,

miré a una hermosa mujer y, no fue suficiente,

hice el amor con la luna y me di cuenta que solo fue necesidad,

abracé a una diosa y no encontré palabra alguna.


Era aquella búsqueda absurda,

turbadas en el espacio,

encerrados en el tiempo monótono y frío

como la contemplación de una belleza burda.


Observaba al cielo,

buscaba una respuesta,

respuesta tardía que,

después de varios días,

caí subyugado.


Dominado por tonterías de la mente,

encontré una chispa en aquella oscura noche,

una luz penetrante se aproximó ante mí,

pronunciando sencillas palabras

encontré aquella réplica donde

nadie buscaría ni una fragmento de atención.


Aquella voz inaudible,

luchaba incansable contra el ruido de la mente,

y esforzando mis sentidos no logré otra cosa

más que me llamasen TONTO.


Sí, tonto e ingenuo,

buscaba la respuesta superficial a algo profundo,

sin saber que lo tenía conmigo,

dentro de lo más recóndito de mi alma,

si es que el alma está en el corazón.


La respuesta a aquel amor que se da

en las amistades como la nuestra,

Sencilla y plausible,

honorable y laudable.


Logré escuchar a mi corazón agudizando mis sentidos,

observando y no contemplando,

logré observar ese lazo invisible que nos une,

y que a medida que nos vamos conociendo

se hace fuerte y frágil a la vez: fuerte por que no puede turbarse si es

verdadero, y frágil por que es sensible al sentimiento humano.


AMISTAD, es sinónimo de la inmensidad del mundo,

Porque el mundo no es solamente lo que vemos, sino también lo que

llevamos dentro de nosotros, y por ello, formas mi mundo, por que

“TE LLEVO SIEMPRE CONMIGO”.
CONOCE MÁS DE...

HAGO TODO Y, ENCUENTRO NADA


Observo tu rostro, contemplo tu belleza,

te miro a los ojos, y me enloquece tu mirada,

tus labios radiantes, y los míos sedientos,

y dices todo, y dices nada.


Debajo de tu boca, escondes el mágico tesoro,

cada línea de tu cuerpo es acosado por mis ojos,

tu silueta, aún en la oscuridad resplandece

como el arcoiris: sale de la nada y muestra todo.


Busco todo, encuentro nada,

provocas todo, das nada,

amordazado en el dolor de la excitación,

sueño todo y hago nada.


Sueño con acariciar tu piel,

perderme en el paraíso de tus pechos,

cegarme con la luz de tus pupilas,

y escribo todo, encuentro nada.


Observarte, es naufragar sin agua,

es caminar descalzo, morirme de sed,

y sentir las espinas de esta soledad,

busco todo, encuentro nada.


Tus pupilas me ha enredado en la redes de este poema,

quiero salir, huir, y regresar a cortejar tu mirada,

galantear tu olfato femenino, Seguro de poder tocarte,

quiero todo y, encuentro nada.


Hago todo y, encuentro nada,

provocas todo, das nada,

sí, dulce mujer, amarga a la vez,

déjame besarte y, hacerte

el amor con este poema.


Extasiado en el aliento de la noche,

quiero tenerte, sentirte,

que la luna se muera de celos,

vivamos unidos con la bendición de las estrellas.


Que la música del viento

acaricie tus sentidos,

que las nubes dancen,

y yo...acariciaré lo dicho.